Para el correcto funcionamiento de nuestros equipos eléctricos y electrónicos se emplean uno de los dos tipos existentes de corriente, que son la alterna y la continua, cada una con ciertas características muy particulares y bien diferenciadas.
Concretamente se definen como:
Corriente continua: Es el tipo de corriente en la cual fluyen de manera continua las cargas eléctricas a través de los conductores, entre dos puntos concretos de distinto potencial, que se mantiene circulando siempre en una misma dirección, esto brinda mayor seguridad y fiabilidad, pues en ningún momento fluctúa el voltaje de los transformadores.
Comúnmente es usada para los equipos electrónicos que requieren de voltajes específicos sin picos de corriente.
De una forma gráfica se vería más o menos así:
Las ventajas de la corriente continua son las siguientes:
En este tipo de corriente las cargas no fluctúan demasiado, lo que permite rectificar de una manera rápida y sencilla los voltajes.
Resulta muy confiable para su uso en circuitos electrónicos.
La corriente continua es mucho más segura que la corriente alterna.
Puede almacenarse fácilmente en baterías para suministrar voltajes concretos durante mucho tiempo.
La corriente continua puede usar voltajes más bajos y transmitirlos a través de cables muy finos pues son mucho menos resistentes a este tipo de corriente y cargas eléctricas.
Las desventajas de la corriente continua son las siguientes:
Su coste de producción y transporte es muy elevado como para volverlo el común denominador en la red doméstica.
Tiene una polaridad predefinida que, en caso de confundirla, puede dañar tus equipos eléctricos.
La corriente continua suele generar pérdidas de tensión mientras mayor sea la distancia a la que debe transportarse.
Corriente alterna: A diferencia de la continua, en la corriente alterna, las cargas fluctúan constantemente en el espectro electromagnético. Es decir, varía con el tiempo en una forma sinusoidal alterando los valores tanto en el voltaje como en la corriente.
Comúnmente se emplea para alimentar transformadores, luminaria o electrodomésticos.
De una manera gráfica se vería más o menos así:
Las ventajas de la corriente alterna son las siguientes:
Con este tipo de corriente, el transporte y la instalación es más económico, lo que reduce drásticamente el coste de llevarla hasta sitios muy alejados, es por esto que se emplea en la red doméstica común.
La corriente alterna puede producir una amplia gama de voltajes empleando un trasformador casi siempre ubicado en los postes de luz.
La corriente alterna puede convertirse rápidamente en corriente continua sólo utilizando un rectificador de voltaje.
Las desventajas de la corriente alterna son las siguientes:
La corriente alterna, al usarse para llevar energía eléctrica a la red doméstica, necesita de rectificadores denominados como transformador, los cuales suelen ser bastante costosos y tienen una vida útil preestablecida, por lo que requerirá que se cambien una vez cumplidos esos plazos.
En prácticamente ningún escenario se puede conseguir una corriente continua perfecta a partir de la corriente alterna, es decir, por más que se filtren las cargas eléctricas siempre aparecerá alguna variación en el espectro, aun cuando sea bastante pequeña.
Puede generar cierta capacitancia al ser transportada a largas distancias. Esto ocasiona que los conductores tomen una conducta de bobina, que puede significar alguna fuga de corriente en los postes de luz, es por esto que siempre, una vez se cumplen los recorridos prestablecidos se conectan los cables a una barra de aterramiento que evita la acumulación de las cargas.
Conclusión
Tanto la corriente alterna, como la corriente continua son imprescindibles para el desarrollo de nuestra vida diaria, sin alguna de ellas no podríamos siquiera cargar nuestros móviles o iluminar nuestros hogares, es por ellos que resulta tan importante conocerlas a fondo.